lunes, 19 de diciembre de 2011

FUCK YOU, MOTHERFUCKER!

Hace tiempo quiero estudiar (o al menos empezar a interiorizarme con el mundo de la ) fotografía.

Madrina, que es grosa, me prestó su canon eos rebel xti. Viejita, pero se la re banca, y para empezar, está genial.

Le empecé a descular los detalles, y me re emocioné viendo los resultados.

Hace un mes, más o menos, entraron a robar a mi depto, y se llevaron la cámara, y mi notebook, con toooooodas, absolutamente todas las fotos que había sacado, y tooodas las fotos de mi familia de toda la vida. De mis hermanos cuando eran chiquitos, de mis amigos, mis viajes, mías, obviamente, todo. Mis proyectos, todos los cursos de fotografía, de lenguajes de programación que quería aprender, mi música (la ajena, y la que había grabado con amigos, o sola), los videos de boludear una tarde con mi hermana, que quería sacar una foto y terminaba riéndose ante la cámara, que estaba filmando. Todo. Todos los detalles. Todos los escritos para el blog. Todo. No se cómo dimensionar que me quitaron una parte la memoria de mi vida, y la de mis seres queridos. TODO.

Sentí una desolación horrible, porque yo fui la que llegó y se encontró con la puerta de madera toda astillada, a medio cerrar, y toda la ropa y las cosas de los cajones revueltas. TODAS. Tuve que lavar TODA la ropa de nuevo, porque obviamente, me la toqueteó un desconocido.

Mi primer reacción cuando vi la puerta fue pensar: Chan, ahora entro y está todo vacío.

No.

Sólamente se llevaron esas dos cosas, en MI mochila, que era re grosa, y tenía mi pen drive. Entonces, antes de tener tiempo de razonar, vi la montaña de ropa y me la imaginé a mi hermana ahí, sepultada en el kilombo. No se cómo explicar que no me dio miedo entrar sola, porque sentí (sí, re flashera, pero lo sentí) que no había nadie en la casa. Así que cuando me imaginé a mi hermana sepultada, me la imaginé muerta.

Salí corriendo, revolví todo. Después me acordé que ella estaba en el laburo. Así que me relajé y me permití llorar. Y llorar y llorar por el robo, y, de paso, por todas las cosas que tenía atragantadas de antes.
Después la llamé a Gaby (the Sister), llamé a la policía, y el resto es historia.

Ahora estoy desconectada del planeta. Me prestaron una compu que es re lenta, y (icita ella, hace lo que puede) me limita a ver poco, y nada muy pesado por internet. Este blog, por suerte, lo puedo escribir desde el laburo.

Me quedé con las ganas de una cámara propia. Voy a tener que comprar una para reponerla, obviamente, y eso va a asesinar despacito y dolorosamente a mi aguinaldo. El resto va para los ahorros, para una nueva compu. Mi cámara: Relegada lejos en el tiempo.

Y bueno, cosas que pasan. Por suerte no estábamos nosotras. Por suerte no nos pasó nada, y estuvimos acompañadas esa noche y la siguiente.

Pero ahora, que tengo tanto para hacer a fin de año, tantos encuentros y despedidas, grabaciones de temas con Alquimia, bautismos, cumpleaños, etc, miro todos los lugares y personas que podrían convertirse en hermosas fotos, y sencillamente

LOS QUIERO ASESINAR!
Despacito, y sin apuro. Cortar brazos y piernas y tirarlos al río.

Qué gente de mierda, chicos. Tengan cuidado. No están libres de que les pase. Ojalá que no, pero, por jebús, no dejen entrar a nadie a sus edificios que no tenga la correspondiente llave. Sea quien sea. Tenga la cara de bueno/a que tenga. Porque la puerta de mi casa estaba rota. Pero la de la calle no. Ni forzada ni nada.

La verdad, no se cómo terminar este post, pero gracias por la "oreja". Lo tenía que vomitar.
Me fui.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La hijaputez no tiene límites... siempre tuve terror de que me pasara algo así, por suerte no había nadie adentro. Un abrazo y seguro podrán reponer pronto todo lo material.