me puse a pensar en otro tipo de personas que te chupan la energía, y que, para mi, son las peores:
Las que VOS querés ayudar y no podés, pero no te das cuenta.
Conocés a alguien (novio, amiga, amigo, lo que sea), y después de escuchar sus cuestiones, te das cuenta que las entendés, y que vos ves claramente el camino a seguir. Lo vas guiando, le decís lo que pensás, le hacés entender tu punto de vista, incluso hasta te da la razón...
...y después hace lo que se le antoja.
No porque sea jodido, sino porque no puede hacer otra cosa. Eso es lo peor, porque sabiendo que no tiene malas intenciones, sino que es víctima de sí mismo, más te empeñás en ayudar.
Y ahí vas vos, Gil, Gila, a intentar cambiar al mundo, y esperar que este personaje cambie mágicamente, gracias a que vos le hablás como nunca nadie le había hablado antes. No te hagas ilusiones. Sorry, no, la cosa no funciona así.
Si va a haber un cambio, va a ser porque a este alguien le caigan fichas, no porque vos le hables en su idioma. Quizás ayudes. Pero es poco saludable creer que se viene el cambio inminente. Esta situación puede durar meses, años, y mientras tanto, te chupa la energía como si fuera una sanguijuela. Terminás más triste que un sauce llorón.
Es bueno creer que la gente puede cambiar. Es bueno esperar cosas buenas de la gente. No es bueno basar toda tu felicidad en eso. Porque después cuando las cosas no suceden, sufrís una desilusión tremenda. Hay que estar preparado para todo.
Control de daños, que le dicen...
