lunes, 26 de marzo de 2012

Cada vez que te veo...

...me doy cuenta de que te extraño. Y de que me encantaría vivir cerca, y que pudiéramos compartir más cosas.

Nada del otro mundo. Con una charla arremolinados en el sillón, un mate (con café, ¿por qué no?) y un abrazo, yo estoy más que contenta =)

martes, 20 de marzo de 2012

Andate, Pucho

Estoy harta... pero HARTA de oler a cigarrillo por todos lados en la calle.
Ya se, el aire es libre, cada uno puede fumar por donde se le de la gana. Bueno... está mal.

Todos tienen derecho a fumar, pero también todos tenemos derecho a respirar aire limpio. Ya bastante con los colectivos y autos y demás vehículos, los malos olores a basura y todo eso, como para ENCIMA estar oliendo (y después apestando) a cigarrillo por todos lados.
Aparte, la gente es irrespetuosa. No lo hará de mala o de jodida, pero es irrespetuosa. Conozco a muchos fumadores que no entienden que la otra parte de la población no sólo no fuma, sino que NO SE BANCA el humo. Y no les importa, y te miran con cara de reyes de la colina, como diciendo "¿Qué? ¿Vos pretendés que no te fume al lado? Si estamos en la calle. El humo ¡no te va!" Bueno, sí. Sí, me viene. Me llena las narices y la ropa y me infla el mal humor, porque es una invasión extraterrestre el pucho de mierda. Todo bien con los fumadores. Yo odio el olor y el humo, no a las personas, pero... Respeten, viejo. No todos fumamos.

Particularmente los días de lluvia, esto empeora. Por ejemplo, yo, tengo que pasar todos los días por Barrancas de Belgrano. El techo que cobija a toda la gente esperando bondis es chiquito, y no entramos todos re cómodos. Se mezcla la gente que espera, que va y que viene. La que está ahí vendiendo cosas o esperando algo, o comprando cosas en mostradores. Y encima, el pucho.

Si no llueve, todo bien, voy por la calle, esquivo todo, ponele. Pero igual... ¿por qué tengo que estar oliendo cigarrillo por todos lados, y llenándome de olor la ropa andando por la calle? A ver, no es que yo sea quisquillosa: Soy asmática.

Y esto puede refutarse de mil maneras, con cosas que yo debería hacer para esquivar el olor, ya me los imagino a todos, pero... ¿Y los niños? ¿Y los bebés? ¿Y la gente grande que camina despacito? ¿Y todos los que, por algún motivo no pueden andar alargando el camino para esquivar el humo?

Es un tema... Y jodido. Todos tenemos derechos, pero la salud primero, me parece.

jueves, 8 de marzo de 2012

Conclusiones paralelas del Día de la Mujer

Venía leyendo varios mensajes reafirmantes de la identidad femenina, de tipo "Qué lindo es ser mujer", "Ser mujer es lo más", bla bla bla...

Puse entonces, este estado en face:
"Muchas dicen "aguante ser mujer", "ser mujer es lo más", y después andan reputeando por ser minas por motivos varios..."

¿Posta? ¿Solamente hoy te acordás de que sos mujer? Y el mundo, ¿solamente hoy se acuerda de que somos mujeres? Al margen de todo el machismo o el feminismo o toda la boludez colectiva que toma las diferencias como algo malo, el día de la mujer empezó en conmemoración de un grupo de mujeres que fueron encerradas y quemadas por estar reclamando algo que les parecía justo.

Recibí este comentario:

"la incoherencia y el gataflorismo es la parte más significativa de Ser mujer Vale ! feliz día!"

No termino de poder poner en palabras la INDIGNACIÓN y otro montón de sentimientos que se me agolparon apenas leí eso.

Me niego. Las minas no somos así. No todas, al menos. Por siglos y siglos se nos trató de histéricas, indecisas, locas, putas, brujas, largo etc. Y todo eso, porque... No se por qué.

Porque la sociedad es machista, porque no nos bancamos las diferencias, por lo que sea. Si un tipo discute, tiene carácter. Si una mina discute, es histérica. Nuestras opiniones son acalladas bajo el pretexto de "Dejala, es mina.", o "Dejala, está atacada. Ya se le va a pasar." (Cosas de las que, tristemente, he sido testigo).

No, viejo, no es así.

Termino de leer "La Reina en el Palacio de las Corrientes de Aire", (el tercer libro de la trilogía Millenium, que dio origen a la película "La chica del dragón tatuado", excelentes libros), y ahí dice que las mujeres hemos formado grupos de guerreras, y hemos arrasado con todo a nuestro paso. Que hemos combatido en las filas de nuestros países, disfrazadas de hombres, porque no se nos estaba permitido. El punto es, somos capaces. Podemos poner nuestra cabeza en frío, organizarnos y llevar a cabo un plan que requiere de seriedad y practicidad, sin meternos en la categoría de boluditas histéricas o gatasfloras.

Soportamos miles de vejaciones y humillaciones porque nuestras maneras diferentes de pensar y de hacer, aparentemente representaban (y aún hoy representan, aunque más disimuladamente) tal amenaza contra los hombres, que sintieron que tuvieron que callarnos de alguna manera a lo largo de la historia. Lo que nos lleva de nuevo a estas mujeres quemadas en esa fábrica, por las cuales se creó el día de la mujer.

Esto no es una joda.
No es un día de la mujer para que nos regalen boludeces. 
Es el día de la mujer para que recordemos TODOS (hombres Y mujeres) que tenemos nuestro lugar, que merecemos respeto, que nuestra voz vale tanto como cualquiera. Que no somos mejores ni peores que los hombres: somos distintas.
Y que estamos mezclados en el mundo, justamente para complementarnos, eso que requiere de respeto y aceptación, no para plantearnos guerras de género y destruirnos entre nosotros.

lunes, 5 de marzo de 2012

Sentate, tenemos algo que decirte II

Entonces mis viejos se iban a separar, y yo ahí aplaudiendo. Se imaginan las caras.

Mi razonamiento lógico fue este: Como hija, sí, todo mal, tus papis se separan, bujujú.
PERO, como hermana mayor, una tiene sus responsabilidades. Y en esa posición, yo repasé mentalmente las situaciones cotidianas. Ejemplo: La cena:

Madre: Padre, ¿me pasás la sal?
Padre: Sí, tomá.
M: Gracias.
P: De nada.

Eso podría parecer una conversación normal y común de cualquier mesa.
Ahora imagínense que mandaron esa conversación por mensajito a un teléfono fijo, y que recita la conversación la máquina, con ese tono neutro.

Bueno, así eran las interacciones de mis padres. Todas correctas, todas carentes de amor. Por dios!
No podía no alegrarme porque esos prospectos de máquinas dejaran de dar el ejemplo a mis hermanitos, no se si me explico.

Así que me puse contenta. Por los pibes, y, sinceramente, por ellos, que eran infelices hacían ya muchos años.

Yo vivía ya en Buenos Aires, mientras que ellos seguían en el Pueblito del Infierno. Pero esa primer noche sin mi viejo en casa, estuve ahí, y la lógica se me fue a la mierda: me sentí re mal. Pasado el primer momento amargo, fue obvio que fue mejor así.