domingo, 28 de diciembre de 2014

Recordatorios...

Tengo una conversación por chat guardada en un mail perdido...

Cada tanto la encuentro mientras busco otras cosas, y la releo.
Es re larga. Copada, dulce, picante... Tiene de todo. Muy genial. Realmente me hiciste reír al momento de esa conversación.

Por eso la tengo.

Porque demuestra el punto exacto en el tiempo en que fui nuevamente la imbécil que se dejó llevar por tu charla fácil y mentirosa.

Releerla me recuerda lo hábil que sos para mentir, para engañar, y para decirle al otro lo que quiere escuchar.

Releerla me recuerda que también yo soy vulnerable a veces, por más fuerte que crea que soy, y me hace redoblar fuerzas para no tentarme con cosas que se que me hacen mal.

Releerla me pone en ridículo, evidenciando que yo me he creído en total control de la situación, cuando, en realidad, me llevaste exactamente por donde quisiste.

Releerla me recuerda la gran MIERDA que sos. Me renueva los argumentos para mantenerme alejada de vos en todo sentido, incluso en el sentido cybernético.


Qué bueno es tener recordatorios...