miércoles, 17 de octubre de 2012

Un toque introspectiva II

Extraño a la madre que no tuve.

Y quiero aclarar. Tengo a mi mamá. Pero hubiera, quizás, necesitado un poco más de amor, y menos "andá, hacé, callate, quedate quieta!"
La quiero, la banco, pero hoy no estoy hablando de ella. Sino de la mamá que me hubiera gustado tener.

Una que me comprendiera, me aceptara y me quisiera tal cual era de chica.
Una que en vez de decirme que yo tenía que hacer las cosas bien como las hacía ella, se tomara el tiempo para enseñarme con amor y con pacienca cómo se hacen las cosas. Sin hacerme sentir que yo era una terrible inútil.

Una con quien compartir momentos lindos.
Que acercarme a ella o que ella se acercara a mi fuera sinónimo de un momento re copado, y no de que alguna de las dos necesitaba algo, o de que venía a retarme por algo terrible que yo había hecho.

Verla venir a mi vieja siempre me produjo ansiedad.

Ahora lucho en contra de contactar a la gente sólo cuando necesito algo, porque eso es lo que aprendí a hacer, y así es como yo me relaciono con la gente.

Me doy cuenta, lucho contra eso y me siento re forra, porque uno se comunica con la gente que quiere, simplemente, porque la quiere. Pero yo no se hacer eso.

Todavía...


No hay comentarios: