martes, 13 de septiembre de 2011

Muy rota

No me refiero a escabiar, o a haber salido de fiesta todo el fin de semana.
No.
Estoy muy rota por dentro.

Tengo mucho que resolver antes de pensar en compartir mi vida con alguien. La gente a la que le digo que no tengo novio, me pregunta su pregunta pelotuda: "Y ¿por qué?"

¿¡Qué se yo, Señora!?
Si lo supiera, ¿no le parece que ya iría corriendo a arreglarlo?
No porque estar solo sea malo, al contrario. Es muy saludable aprender a estar solo, pero también es cierto que los seres humanos somos sociables, y necesitamos compañía. Y que está bueno tener a alguien al lado para ser testigo de nuestras existencias.

De todas maneras, la viejas chotas (sí sí, las viejas chotas. Siempre son las viejas casamenteras las que te preguntas esas boludeces), me dejan pensando.

Por más que encuentre al príncipe azul y al hombre de mis sueños y pueda elegir entre los dos, las cosas se van a ir al tacho. Porque tengo que resolverme. Tengo que saber quién carajo soy, para saber a quién carajo necesito al lado. Quién me gustaría que me hiciera compañía.
Tengo muchas cosas que cambiar, y no se cómo. ¿Cómo carajo uno aprende lo que no le supieron enseñar a su debido tiempo? ¿Cómo se aprende a querer sinceramente, si tampoco se tuvo eso jamás en la vida? ¿Si las personas que se supone que te quieran de verdad, lo hacen, pero de una manera retorcida y confusa?

Eso es más difícil que la concha de la madre.

Así que, Señora, no estoy con nadie, por eso.

Porque estoy rota.

No hay comentarios: