miércoles, 22 de diciembre de 2010

Adiós, Amigo...
Te vas, y una parte de mi se va con vos, y se pierde en el aire...

Adiós Nonino, acompaña el momento, y es un adiós tan irrevocable y certero, que la melodía me parte en mil pedazos.

Tanto volé con tu amistad, como dolió la caída después.
La tristeza invade, las lágrimas ruedan, y de a poco todo va volviendo a su lugar.

Conozco todas las razones, y se que no es nada personal. Es que vos sos así, y nada puede hacerse.

Por eso te entiendo. Y por eso, por suerte, tampoco te odio. Sólo espero que tengas la mayor felicidad que puedas encontrar. Y mucha luz para tu camino.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

"Por eso te entiendo. Y por eso, por suerte, tampoco te odio. Sólo espero que tengas la mayor felicidad que puedas encontrar. Y mucha luz para tu camino."


Habla muy bien de vos...

zalito

Ale dijo...

Cualquier tipo de despedida musicalizada por Adiós Nonino de por sí es triste, nostálgica, dolorosa. Pero son parte de nuestros días, es difícil imaginarnos una vida donde no nos despedimos de nadie.

Como bien te dijeron, habla bien de vos esto que decís, y creo que es porque en parte para odiar a alguien necesitamos quererlo, es imposible que una cosa funcione sin la otra. Una vez que entedemos eso, dejamos el odio de lado, porque sabemos que sólo es dolor canalizado.

Besos

Panqueca dijo...

He vuelto por aquí, no sé porque me colgué tanto!

"las despedidas son esos dolores dulces"...

M.M dijo...

Tuve muchos de esos "es que vos sos así, y nada puede hacerse." No queda más que valorar lo mucho que volaste y aprender de lo mucho que dolió la caída.
Beso